I.
Nos quedaremos solos hasta acostumbrar la turbulencia
entrar a la nausea hasta despedir nuestras ganas
seremos un vaso con agua en la madrugada
un sonido y el temblar de estos dos
seremos aquellos que sé agitan:
una ventana, una cortina
el temblar de las camas conyugales, la imperfección
tú serás el agua corriendo, formando un charco aquí adentro
yo seré la que sé inventa nombres,
la que sé disfraza del tiempo
yo me escondo, me detengo.
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