sábado, 22 de octubre de 2011

























Mi hermano de niño reclutaba hormigas en el patio de mi casa, algunas pasaban la prueba y se hacían soldados de guerra, otros no tenían tanta suerte y pasaban a ser chivos expiatorios. Vi a muchos desertar con piedras encima del lomo.
Cuidadosamente si es que así se le puede decir les sacaba a estos las cabezas y los cortaba en dos, de modo que a los nueve años de edad ya tenía cargos de asesinato por varios insectos del lugar entre cucarachas, mariposas y las mencionadas hormigas, claramente no entendían su vocación de científico. A los nueve años yo solo jugaba con chanchitos y comía tierra.

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