lunes, 28 de mayo de 2012

En mi casa todos llenan crucigramas todos los días, como si todos los días fuera domingo, como si ese acto fuera a trascender en sus vidas, se pensaría que apaciguara el desesperante silencio de los platos limpios o de la tormenta que viene del lado del cuarto y arrasa con todos en la sala sin darnos cuenta, tal vez aquí todos los días son domingo
Aquí hay que buscar un periódico y ocupar la mente, para no ir a las carreras y ver morir a los caballos para no pensar que hay algo más bonito que izar una bandera, quitarle las bolitas de lana a tu chompa o ganar un pez en bolsa en una feria
pero entonces..
el miedo al terminar el crucigrama encerrando la última palabra.