domingo, 17 de agosto de 2008

Tala Llévese estos ojos, piedritas de colores, esta nariz de tótem, estos labios que saben todas las tablas de multiplicar y las poesías más selectas. Le doy la cara entera, con la lengua y el pelo, me quito uñas y dientes y le completo el peso. No sirve esta manera de sentir. Qué ojos ni qué dedos. Ni esa comida recalentada, la memoria, ni la atención, como una cotorrita perniciosa. Tome las inducciones y las perchas donde cuelgan palabras lavadas y planchadas. Arree con la casa, fuera todo, déjeme como un hueco o una estaca. Tal vez entonces, cuando no me valga la generosidad de Dios, ese boy-scout, y esté igual que la alfombra que ha aguantado su lenta lluvia de zapatos ochenta años y es urdimbre nomás, claro esqueleto donde se borraron los ricos pavorreales de plata, puede ser que sin voz diga tu nombre cierto, puede ocurrir que alcance sin manos tu cintura.
(Julio Cortázar)

pongo Nº1 - Hyvrard

(Dos imperfectos de una sombra)

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