La Noche y Yo
Es la noche que me ultraja en su desbando,
se mete en los oscuros huecos de mi ausencia
me clava sus ojos marcados de lasitud, me los penetra en el vientre
me convierte en la sed del cemento
empotrado al piso con la lengua puesta, agotada de describir las
gotas saladas de un cielo ahogado
En manos de un agosto que azota tulipanes
cayendo a fuerza de lluvia
Es la noche, me vuelve animalito estropeado, sentado y un
delgado hilo que me cubre de la tempestad, me hace
contar cada respiro caliente que se mete por un orificio
hasta desaparecer
Te tengo en cada fisura…. OSCURIDAD
Oscuridad, que te revuelcas conmigo como una mujerzuela leal
abrazas mis piernas y te siento pulseando en cada latido
detrás del umbral,
estos mismos que escapan con la cordura
Y de día enfermo, mientras avanzo con las vacas pensando
que el mundo en la matemática es menos,
las papas fritas, las risas prolongadas,
la casa en la garganta, los lunes y viernes, la buena paga,
las canciones obstruidas en las venas y la felicidad que se merma
las notas del saxo se van por el cañito y este segrega ríos de olvido,
Las notas del saxo, la partitura pérdida, pero el himno se alza
embriagador al fusilamiento del medio día,
ya viene mi deceso, me agobio
tenue, sin vacilo en la sangre de mi verdugo, LA NOCHE.

(Cruzando el Campo - Tatiana Peña)
(De vuelta - Tatiana Peña)
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