jueves, 21 de agosto de 2008

We Never Change

La Noche y Yo
Es la noche que me ultraja en su desbando, se mete en los oscuros huecos de mi ausencia me clava sus ojos marcados de lasitud, me los penetra en el vientre me convierte en la sed del cemento empotrado al piso con la lengua puesta, agotada de describir las gotas saladas de un cielo ahogado En manos de un agosto que azota tulipanes cayendo a fuerza de lluvia Es la noche, me vuelve animalito estropeado, sentado y un delgado hilo que me cubre de la tempestad, me hace contar cada respiro caliente que se mete por un orificio hasta desaparecer Te tengo en cada fisura…. OSCURIDAD Oscuridad, que te revuelcas conmigo como una mujerzuela leal abrazas mis piernas y te siento pulseando en cada latido detrás del umbral, estos mismos que escapan con la cordura Y de día enfermo, mientras avanzo con las vacas pensando que el mundo en la matemática es menos, las papas fritas, las risas prolongadas, la casa en la garganta, los lunes y viernes, la buena paga, las canciones obstruidas en las venas y la felicidad que se merma las notas del saxo se van por el cañito y este segrega ríos de olvido, Las notas del saxo, la partitura pérdida, pero el himno se alza embriagador al fusilamiento del medio día, ya viene mi deceso, me agobio tenue, sin vacilo en la sangre de mi verdugo, LA NOCHE.

(Cruzando el Campo - Tatiana Peña)

(De vuelta - Tatiana Peña)

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