domingo, 17 de marzo de 2013


No, tampoco mi edad me ha dicho si soy un ser humano maduro y responsable, se niega a ser parte de mi crecimiento moral, no es consecuente tampoco con lo que espera la sociedad sin embargo he vivido demasiado tiempo con la humanidad y he adquirido ciertos hábitos, más lo incorpóreo, el crecimiento espiritual lo voy guardando en un alhajero del tamaño del círculo que formas al juntar tu dedo índice con el pulgar para contemplarlo de vez en cuando, pensar que he crecido y por lo tanto he cumplido un cometido en la vida de alguna forma.

Claro, aun te queda un poco de inocencia en los dibujos y el desayuno, en el buenos días, en el buenas noches, en las canciones que se te meten por la funda de tu estómago y te hacen bailar a las diez de la mañana. Buenos días, por las uñas, por los brazos que van rodeando tu mismo cuerpo que va entrando a tu misma carne para no sentirte tan asquerosamente solo buenas noches. Duerme tranquilo, anda! quédate quieto, ya no jodas! y deja de latir un buen rato, buenas noches.

Antes de apagarme, seguramente ya lejos de aquí recodaré que irías a enterrarme bajo tu huerto con una semilla en las dos manos y en posición fetal apunto de nacer otra vez pero como un árbol de palto del cual cuidarías y obtendrías hermosos frutos, te alimentarías de ellos pensando que provienen de mis senos o mi vientre. Pondrías un columpio para los hijos que alguna vez pensaste hacerme o que en microsegundos aun lo piensas posible, microsegundos que viajan atravesando pianos, violetas, la alegría de otros, la marea y en calles con nombres raros que no terminan nunca y se pierden. Antes de apagarme seguramente recordaré también que a veces la inocencia y la ingenuidad despiertan un majo de orquídeas en un llano infértil e infinito.

1 comentario:

Anónimo dijo...

BUENAS NOCHES