viernes, 22 de marzo de 2013


Nos prometieron un Tsunami pero nos tuvimos que conformar con las mareas encontradas que producían repetidas veces nuestros cuerpos al empezar y al caer el día, recibiéndola o despidiéndonos de la playa. En la orilla sus aguas empozadas reflejo y estanque de la panza de un ave, fue donde hundimos nuestros pies, nos empezaba ya a salir escamas de tanto que los dejamos sumergidos, por poco y los perdimos de vista, eran veloces y sabían nadar muy bien se desprendían con facilidad de nosotros, nos dio miedo y ya luego nos alejamos. Al llegar a casa donde habitaba el Delfín de arcilla y los abuelitos empezaron a subir las olas, marea alta dijeron con un llanto impecable que se rompía en el aire y alejaba a las gaviotas de cercanas chozas. Ya de noche sabíamos que antes de dormir la marea se retiraría, ¿pero ha donde? ¿dónde iría el mar a ocupar tanto espacio? ¿dónde se llevaría a los fantasmas de naves, de pulpos? ¿dónde seguirían galopando los caballitos de mar, las interminables miradas de marineros que un día zarparon con la esperanza de volver y seguir amando lo que en tierra dejaron ¿dónde se van cuándo la marea se retira llevándose todo? Porque se ha llevado todo, tal vez solo por eso sigamos recurriendo a ella desde una orilla o un puerto para ver desde lejos un recuerdo a la deriva porque puede ser también que un día nada regrese.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

ah, si te gusta la playa. saludos

Unknown dijo...

Así es Sr. Anónimo, Sr. anónimo qué perceptivo que es ud.

Anónimo dijo...

parece que estuviera a tu lado, mira lo curioso que es, no sabemos a que distancia nos encontramos y no sabemos que tan cerca estamos..saludos

Anónimo dijo...

Por qué no se tiran?

Unknown dijo...

?

Anónimo dijo...

Visto asi parece una piscina.
¿Dónde es eso?

Anónimo dijo...

sandrita saludos.......