lunes, 3 de junio de 2013

Un tigre blanco se ha dejado caer sobre un pasto invisible. Despertar sería su gran logro. Su alegría y pesadumbre, su sed por la presa no es más que una rueda, un sueño encriptado, un deseo y una pena  cíclica. Como su existencia a la vista, el sumiso lomo de un tigre real blanco que ignora la historia de su subespecie solitaria.



1 comentario:

Anónimo dijo...

siempre buscando ese perfil, muy bien